Tras el descanso, Coach Lue pidió un tiempo muerto en el tercer cuarto. cuando me dirigía hacia el banquillo, sentí que mi corazón latía más rápido de lo normal. Fue entonces cuando tuve problemas para respirar, es difícil de describir, pero todo a mi alrededor giraba, como si mi cerebro quisiese salir de mi cabeza. Sentía el aire pesado, y mi boca sabía como a tiza. Recuerdo a nuestro asistente gritando algo sobre nuestra defensa, asentía, pero no escuchaba nada de lo que decía. En ese punto colapsé, cuando me puse de pie para ir a pista supe que no podía volver al partido, fisicamente no podía, literal. Corrí hacia el vestuario, simplemente deseaba que mi corazón parase de latir a ese ritmo, fue una sensación en la que mi cuerpo me dijo ‘vas a morir’.
Esta desgarradora confesión de Kevin Love sobre lo ocurrido ante Atlanta el 5 de Noviembre, ha puesto el foco sobre un tema tabú, los trastornos psicológicos derivados por el estrés en el deporte de élite. Exigencia deportiva, presión mediática, dinero, fama, poder, demasiados ingredientes en una coctelera que la mente del deportista, en ocasiones, no es capaz de gestionar correctamente. Hace pocas fechas también salió a la luz el caso del alero de los Raptors DeMar DeRozan, una de las estrellas más importantes de la NBA, quién confesó que sufrió depresión. Ni han sido los primeros ni serán los últimos, en esta lista los nombres que aparecen abarcan todas las disciplinas deportivas, desde el tenista Mardy Fish, los futbolistas Mertesacker y André Gomes, o la leyenda olímpica Michael Phelps, quién en un episodio extremo de depresión coqueteó con la terrible idea del suicidio, línea que por desgracia cruzó el portero alemán Robert Enke en 2009.

Se requiere un equilibrio mental fuera de lo corriente para controlar la tensión nerviosa en los instantes previos a una competición importante, no cabe duda. La realidad social que nos toca vivir nos invita a buscar siempre los límites, y es precisamente en ese filo donde pueden empezar los problemas. Los miedos hay que reconocerlos, exponerlos, desnudarlos y después trabajar para eliminarlos o para aprender a vivir con ellos. Temor es distinto a presión, muchas veces las autoexigencias van emparentadas con el temor. El temor es un sentimiento negativo, como la ansiedad, que muchas veces puede ser motor o inhibidor. Y ahí lo que hay que hacer siempre es que el miedo sea motor y se transforme en motivación.

Siempre que surge un caso mediático con deportistas conocidos implicados, el foco vuelve a situarse sobre esta problemática, en ocasiones parece que es algo ‘natural’, y lo consideramos como parte propia de nuestra sociedad, pero…¿Es un problema exclusivo del deporte de élite? La respuesta como os podéis imaginar es no. Todo el mundo, en mayor o menor medida se ha tenido que enfrentar a episodios similares, no sólo en el plano deportivo. Por desgracia, estos episodios empiezan a ser frecuentes también a edades más tempranas, los famosos entornos, familiar y social, suelen inflar las expectativas de jóvenes que en muchos casos no tienen la mente suficientemente preparada para enfrentarse a este tipo de situaciones.

La figura del psicólogo deportivo cada vez cobra mayor importancia, y son muchos los clubs que ya lo incluyen en sus organigramas, el entrenamiento mental y cognitivo resulta determinante hoy en día, siendo el complemento perfecto para el entrenamiento físico. ¿Qué signos nos pueden permitir detectar que estamos ante algún trastorno psicológico? Sentimientos de tristeza, culpa, pérdida de interés o placer, falta de autoestima, trastornos del sueño o del apetito, sensación de cansancio y falta de concentración, son meros ejemplos de estados que deberían hacer saltar las alarmas.

¿Cómo podemos combatir la ansiedad? Existen varias estrategias para reducir la ansiedad, desde técnicas de relajación, parada de pensamiento, autoinstrucciones, etc… La elección de unas u otras dependen de qué es lo que causa la ansiedad. Si es debido a la alteración de patrones fisiológicos, lo mejor es utilizar técnicas de relajación y de visualización. Si se debe a factores cognitivos, a interpretaciones erróneas, será más conveniente usar técnicas de reestructuración cognitiva, solución de problemas, o parada de pensamiento.
La mente humana es realmente compleja, nuevos descubrimientos se suceden, y el conocimiento sobre ella es mayor, pero…el estrés, la ansiedad, el miedo y la depresión siguen siendo muros con los que muchos deportistas, independientemente de su nivel, siguen chocando de frente, en ocasiones sin tener armas para combatirlos. Reconocer cuando uno necesita orientación para que lo ayuden a salir de este tipo de situaciones no es ningún signo de debilidad, todo lo contrario, es un signo de valentía y de sensatez.