A punto de finalizar la primera fase de la Copa Mundial de baloncesto aparecen las primeras voces críticas a un sistema que presenta ciertas lagunas vistos los resultados de algunos partidos. ¿Realmente es necesario un mundial de 32 selecciones visto el nivel tan bajo mostrado por muchas de ellas? Las palizas de Serbia tanto a Filipinas como Angola, o el nivel de Senegal hace saltar las alarmas a una competición que necesita más que nunca unos índices de competitividad mayores para no perder la atención de los aficionados, ya de por si dispersa con las innumerables bajas de las estrellas que podrían haber participado en esta edición. cierto es que los criterios de clasificación para los JJOO si harán que a partir de la segunda fase, el nivel competitivo se recrudezca, recordar que sólo clasifican de forma directa los primeros dos europeos, dos americanos, un africano, un asiático y un representante de Oceanía.

Tras la victoria de ayer ante Puerto Rico, España ya conoce los rivales para esa segunda fase, que serán Italia y Serbia. Dos potencias clásicas del viejo continente que pondrán en serios aprietos las aspiraciones del equipo de Scariolo, el cuarteto formado por Belinelli, DaTome, Gallinari, y Gentile asusta por su inagotable talento, la intermitencia en demostrar todo este potencial puede ser clave para que España sume la victoria, no podemos olvidar a secundarios como Jeff Brooks o Daniel Hackett. Qué decir de los serbios, única selección actualmente capaz de mirar a los ojos a EEUU en su lucha por el oro, profundidad de banquillo, talento balcánico y un juego ofensivo fluido cuyos principales generadores son Nikola Jokic, y Bogdan Bogdanovic, a éstos se les suman jugadores de primer orden como Micic, Lucic, Jovic, o Marjanovic. Todo hace indicar que España se jugará su futuro ante los transalpinos.

Las sensaciones del conjunto español no terminan de ser las mejores, la fluidez del ataque español no parece la mejor, especialmente cuando el balón llega a poste bajo a Marc Gasol, uno de los pocos generadores de esta selección. El paso adelante de Ricky es interesante, aunque preocupa la falta de adaptación a un rol más secundario de Rudy o Llull, jugadores que han demostrado ser capaces de dominar en el continente europeo, pero cuyo peso dentro del equipo no parece estar acorde a su calidad. Con una segunda unidad que brilla por su ausencia habrá que esperar un cambio en la dinámica interna que active a las grandes figuras del equipo para evitar una despedida antes de tiempo del torneo, dejando la clasificación para los JJOO para un torneo preolímpico en el que todas las selecciones implicadas llevarán a sus principales estrellas.
